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EL VERDADERO AMOR

El amor es una pequeña palabra que encierra una carga inmensa de pasión y de valor emocional.  Nada se compara con este sentimiento, pues solamente lo siente quien es capaz de abrirse y atreverse a vivirlo.

Como ya te señalé en líneas anteriores, el verdadero amor es para mí, aquel sentimiento impoluto que va más allá de nuestra mirada y que excede los límites de la naturaleza. Es la entrega sincera y honesta de un sentimiento que dura para toda la vida.

El verdadero amor es el sentimiento que le permite a los hombres soportar las cargas y resistir los embates más fuertes de la vida.

Ahora bien, el amor puede ser visto de múltiples formas.

Para muchos, es el sentimiento que nos permite tener afecto e inclinación hacia una persona o una cosa a la que se le desea todo lo bueno.

Para otros, quizás sea una competencia o un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual, hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.

El verdadero amor también puede concebirse como un sentimiento infinito, que va más allá de la vida y perdura incluso después de la muerte y aunque quede en el recuerdo de quien lo vivió y lo disfrutó, ten la plena seguridad que es inviolable e impoluto.

El Verdadero Amor - Recuerda esto:

  • El amor no tiene edad.

 

  • No se sabe cuándo comienza.

 

  • No se sabe cuándo termina.

 

  • El verdadero amor es tan ciego, que se entrega infinitamente sin esperar que le retribuyas todo lo que te da, sin saber si eres blanco, negro o mestizo.

 

  • No te ve, pero sabe que eres tú.

 

  • Es tan sincero que cuando te sientes enamorado, vives en la complacencia, en la satisfacción y en la entrega.

 

  • El verdadero amor no reconoce el daño, solamente la intensidad del sentimiento.

 

  • Es imaginarte toda la vida con alguien, es el viento que no existe, pero te abriga con su suave brisa; es el temblor del cuerpo, la mirada suspicaz, la cosquilla en el cuerpo, cuando sientes que es la persona ideal a pesar de sus defectos.

 

  • Simplemente el amor no tiene cabeza.

 

Te invito entonces, amigo lector, a que reflexiones sobre estas definiciones de amor. Al mismo tiempo, quisiera impulsarte a que construyas las tuyas y te detengas en el decreto que te muestro a continuación.

 

«Vivo el amor, como las aguas del mar a la arena que, aunque no se pertenecen el uno para el otro, simplemente son indispensables y se unen por cuestión del destino».

 

 

Gracias, Bendigo el bien. HR

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